viernes, 11 de febrero de 2011


Hoy ha sido sin duda uno de los días más tristes de mi vida. La ansiedad se iba apoderando de mí cada vez que veía que el viernes 11 de febrero se acercaba más. Y es que esta mañana temprano han dejado el país nuestras italianitas: Marilena, Dora y Vanessa.
Conocer a alguien hasta tal punto de llorar su marcha, sabiendo que es probable que jamás vuelvas a verla, pasando a formar parte de ese amplio grupo de "amigos" con los que sólo hablas vía red social o similares es bastante triste, y lo es más cuando se trata de personas a las que consideras verdaderas amigas. Ojalá me equivoque y tarde o temprano nos volvamos a encontrar, donde sea, me da igual; pero el agujero en el estómago, el nudo en la garganta... es algo insoportable.


Se avecinan días de borracheras sin sentido, capaces de poner a prueba el hígado del más mercenario de los mercenarios. Y qué mejor compañía que un grupo de mercenarios venidos de Murcia con el propósito de no dejar más que vasos de tubo vacíos a su paso...