domingo, 13 de marzo de 2011

New flat, new life.


Como algunos de vosotros ya sabéis, Jesús y yo nos hemos cambiado de piso. Un piso mucho más céntrico que el anterior, más nuevo, más barato y con dos compañeras de piso muy majas.
Un día nos bastó para encontrar el piso y dos días para la mudanza, en la que colaboró nuestro colega Manu (y su coche)... y ayer por fin nos instalamos definitivamente y pasamos la noche aquí.
Cuando llegamos, las compañeras, que por cierto se llaman Ari y Alba, nos advirtieron de que esa noche (anoche) había fiesta de disfraces en casa de los vecinos. Teníamos que disfrazarnos de algo cuyo nombre comenzase por la inicial de nuestro nombre. Lo primero que pensé: P-aco = P-uta, pero al final terminé disfrazándome de P-irata como de costumbre y J-esús de J-uanola. La fiesta que te cagas, todo lo bien que puede estar una fiesta en casa de alguien que no conoces donde no conoces a nadie. Pero realmente la gente era muy abierta (el alcohol y las drogas ayudaban a ello) y pronto nos integramos.






Aquí las susodichas compañeras de piso.



El buen rollo en el edificio es la caña, hay tres plantas y 2 pisos por planta, todos estudiantes o en la edad de serlo. Que quieres algo de alguien... berrido por la ventana y a los dos segundos está en tu puerta. Parece ser que casi cada fin de semana hay fiesta en casa de alguien, la gente hace comida y guarda tuppers para los vecinos; en resumidas cuentas, una comuna no hippie.